Con la primera temporada del Podcast del Archivo 28A buscamos abordar el tema de la memoria (histórica) no en un sentido rememorativo, sino de pararnos en un presente que evidencia la existencia de múltiples temporalidades en tanto que los rasgos del estallido social del que quisimos hablar a través de este proyecto proceden de conflictos históricamente no resueltos en Colombia, como lo son la desigualdad social, clasismo, racismo, corrupción de las élites políticas, etc.; es decir, lo que algunos señalan como problemas estructurales.  Es por este camino que el relato oral expresado a través de experiencias testimoniales en primera persona es planteado en nuestro trabajo de Archivo como la encarnación de una memoria colectiva capaz de poner de manifiesto las tensiones del presente-pasado, pero también las del pasado-futuro, considerando que tal como lo plantea el trabajo teórico en torno al tema de la memoria oral y las luchas decoloniales de Silvia Rivera Cusicanqui; las utopías y promesas incumplidas del pasado pueden ser recogidas y re-significadas en el presente para orientar nuestro camino (Fernández Nadal, 2019).

Las tensiones del pasado-futuro que subyacen en los relatos que componen hasta el momento nuestro Archivo y las que nos plantean las recientes movilizaciones sociales en Colombia constituyen el eje del ejercicio que planteamos para la segunda temporada del Podcast, en la que extendimos una invitación a investigadores y creadores a colaborar con nosotros para conjurar imágenes emergentes de una memoria colectiva reactualizada a través de la cual  dotar de nuevos sentidos el presente y enunciar posibles horizontes de sentido compartido.

​

'Memorias Emergentes / Mundos Posibles' pretende ser un espacio de confluencia entre la exploración de la simultaneidad temporal de la memoria, la imaginación y la práctica de la especulación fabulativa como posibilidad para re-crear el mundo.  Si bien dicho ejercicio se planteó  como una invitación a explorar las dimensiones temporales de la memoria (presente - pasado y pasado-futuro) que colisionan en el contexto del “estallido”, no se trató éste de un ejercicio rememorativo ni tampoco predictivo, sino de un andar que se sitúa en el presente y conecta el pasado y el futuro a través de la creación de los mundos posibles que habitan en la memoria poética de las luchas sociales.

La práctica de crear mundos posibles o imaginar presentes-futuros está emparentada con la especulación fabulativa*, que es una referencia que nos interesa retomar por el particular papel que dentro de ella tienen las prácticas cotidianas de contar historias como hacedoras de conocimientos, creadoras de mundos posibles y como prácticas sanadoras que nos permiten aprender a “vivir con los problemas” (Haraway, 2016), lo cual para el caso que nos atañe podría implicar aceptar que no podemos huir de injusticias, desigualdades y violencias históricas, pero que podemos aprender a incorporarlas como rasgos de nuestras historias (esas que nos queremos contar sobre nosotros mismos y lo que podríamos llegar a ser) e imaginar a través de ellas caminos para transformarlas.